Las Posadas y ¿Quién es lo más importante?
María looks over at Karen knitting a shawl while we wait for the bus to take us home. She looks at me and smiles. ¿Conoces la canción, Rebozos de mi madre? No, I say, smiling, remembering all that Sandra Cisneros says about rebozos in her novel, Caramelo. Diga me, por favor, María. And she sings: El rebozo de mi madre fue mi primer cuna, mi primer casa, en el mi madre me arrulló y con el mis lagrimas secó. María’s truth rocks us all, waking us.
We’re reading the parables in Mark in Chapter Four. They’re coming at us fast, one after the other. Like the rebozo, they take us back to our childhood, to our first stories of Jesus. Antonia reminds us of the song of the parable of the mustard seed, Si tuvieras fe como el granite de la mostaza. We ask her to teach us the song.
The parables of Jesus, for all of us, remains our first contact point with Jesus. This little light of mine. I’m going to let it shine.¿ Acaso se trae una lámpara para poneria debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es, por el contrario, para poneria en una repisa? Do you bring in a lamp to put it under a bowl or a bed? Instead, don’t you put it on its stand?
On their way to Jerusalem, the disciples want to know how they’re doing. They want a pat on the back. They’re a bit competitive for recognition, too. Remember, they’re beginners, too. And many of us, muchos de nosotros tienes más experiencias que ellos. They ask, ¿Quién es lo más importante?
El que comparte la mesa con este niño.
Eliseo Pérez-Álvarez opens our eyes. Luego tomó a un niño y lo puso en medio de ellos. Abrazándolo, les dijo: El que recibe en mi nombre a uno de estos niños, me recibe a mí; y el que recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió. / And he took a child, and set him in the midst of them; and when he had taken him in his arms, he said unto them, “Whosover shall receive one of such children in my name, receiveth me; and whosoever shall receive me, receiveth not me, but him that sent me.
And later: And they brought young children to him, that he should touch them; and his disciples rebuked those that brought them. But when Jesus saw it, he was much displeased, and said unto them, “Suffer the little children to come unto me, and forbid them not; for of such is the kingdom of God. Verily I say unto you, Whosoever shall not receive the kingdom of God as a little child, he shall not…”
--Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos.
Eliseo escribe, “Los niños en tiempos de Jesús no eran abrazables sino maltratables; eran más bien considerados objetos de placer, usados para la mendicidad o simplemente arrojados a la calle. Las niñas estaban más devaluadas. Únicamente un 40% de los niños alcanzaba la edad de los 16 años. La niñas no tenía estatus ni honor. Todas nuestras interpretaciones del Evangelio que aluden el espíritu noble de la niñez tienen más de un sentimentalismo inocente que de apoyo en la cruel realidad de aquellos tiempos. Llamar a alguien ‘muchacho’ era un insulto fuerte.” Marcos, p. 84
Eliseo unas frases después: “El que reciba en mi nombre. Es una alusión al sacramento de la hospitalidad cuyo centro es la mesa, lugar del sustento y la recreación divina. La buena noticia es que en el Reino de Dios la niñez sí centa y tiene un lugar como huésped de honor. Darles el portazo es negar el discipulado cristiano. Dios en persona se revela en estos seres excluidos de la vida plena. El Reino de Dios está a favor de las personas desheredadas como este desaliñado y mal oliente muchacho.” p. 84.
Al riesgo de un contexto peor desde otro ensayo, y volviendo a las posadas, Eliseo Pérez-Álvarez, escribió de Guadalupe, en su libro Abya Yala; Discursos Desde La América des-Norteada, (Tierra llena de vida), “La Guadalupe sin Niño Dios aún simboliza la ecuación sexo–pecado. Todavía mientras el que esto escribe, se dice de la mujer mexicana embarazada: ‘está enferma’, y cuando pare: ‘se alivío’.
La buena noticia consiste en que, desde la perspectiva de la espiritualidad de la carne, tenemos interpretaciones liberadoras. María conquista su auto-determinación y voluntad libre en relación con su cuerpo. Las comunidades de base mexicanas reivindican la sexualidad de María y su ‘derecho de decidir’. La cultura Zinanteca considera a la La Virgen de Nazaret como una mujer que se acostó con muchos hombres, y por lo tanto nadie quería hacerse responsable de su hijo. El único que lo hizo fue su hermano mayor, José. En esto consiste, según esta teología, la naturaleza de Las Posadas, o procesiones que representan la cruda realidad de millones de madres solteras contemporáneas." Abya Yala, p. 89
Como María cantó, Mi primer casa.
Como María cantó, Mi primer casa.
Jim Bodeen
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